"Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; y tentaron a Dios en la soledad" Salmos 106:14.
Cuando pensamos que nadie nos ve, resulta que es todo lo contrario.
Alguien nos ve.
Alguien sabe que hacemos o dejamos de hacer.
Podemos decidir entre herirlo o glorificarle.
Cada quién decide como pasar el desierto.
Yo decido entre ser eliminada o salir vencedora.
Es cuestión de integridad, de decisión, de carácter, de madurez y de saber que NO podemos engañar a Dios jamás.
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